Más allá de tu smartphone
Imáginese por un momento en el siguiente escenario que nos plantea hipertextual.com que parece tomarse de alguna película holliwoodense y que incluso ya es posible: …[Muy pronto] nuestros frigoríficos serían capaces de medir los alimentos restantes en su interior y encargar al proveedor especificado los elementos agotados. Así, nunca tendremos que preocuparnos de comprar leche, huevos o nuestros yogures favoritos. El frigorífico medirá continuamente el stock y actuará independientemente en consecuencia. […]Distribuyendo una serie de sensores y procesadores, podríamos automatizar el control de las ventanas, la temperatura del hogar, las luces, etc.” Imagínese tener un control total de los enseres del hogar, o hasta olvidarse del tráfico en las grandes ciudades con semáforos “inteligentes”.
¿Demásiada fantasía? Quizá no tanto y es probable que esté más cerca de nosotros de lo que pensamos. Nuestras actividades diarias se verían beneficiadas por el IoT, Internet of Things o Internet de las Cosas, que aunque suena demasiado rimbombante no es otra cosa que objetos indepedientes conectados a Internet y a otros objetos similares por medio de múltiples sensores con la adición del procesamiento de datos obtenidos de la interacción con sus usuarios y su entorno. En otras palabras, serían miles de millones de dispositivos conectados que resolverán todo tipo de problemas en hogares y empresas.
Hasta ahora tenemos algunas pruebas que demuestran el futuro que nos depara con la llegada del IoT: los wearables (smartwatches, ropa con sensores), electrodomésticos inteligentes como los frigoríficos conectados a Internet, dispositivos de geolocalización en automóviles, asistentes que responden a la voz en las nuevas computadoras y smartphones, etc., y la lista crece y crece hasta tecnologías que beneficiarán a pacientes y hospitales, escuelas e instituciones, supermercados y centros comerciales, entre otras. Pero no basta solamente con estar conectados a la Web, se requiere de la interacción entre los sistemas informáticos y la infraestructura física con la que a su vez interactúan los usuarios, lo que no es fácil mantener. Errores e incongruencias en los datos obtenidos por sensores, fallas en la seguridad y ataques informáticos y cambios rápidos e las normas son algunas de las cuestiones a enfrentar.
Así IHS Technology prevee que para el año 2020 el mercado del IoT llegará más allá de los 30 millones de dispositivos, mientras que eventualmente podría exceder los 20,000 millones de dispositivos en el perímetro de las redes tradicionales, según mycomputerpro.com
Gigantes de la Informática como ARM e Intel con sus procesadores destinados para IoT; Samsung con sus sistema operativo para móviles Tizen y su más reciente asistente virtual Bixby; MediaTek trabajando en el desarrollo de coches autónomos y Qualcomm con la mira puesta hacia la nada lejana red 5G son algunas de las empresas que ya han comiezado en la carrera, y aunque no todo es miel sobre hojuelas pues existe mucho excepticismo y preocupación por la seguridad y la privacidad de la información personal que se procesaría, al grado que hasta simples dispositivos IoT sin protección como un osito de juguete que graba mensajes de voz podrían convertirse en objetos de espionaje, ya se ha colocado la primera piedra en el tema con el establecimiento de los primeros estándares, prototipos y proyectos, pero parece ser que no será hasta la próxima década cuando el Internet of Things comience a ser algo mucho más visible y común en nuestras vidas.
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